sábado, 29 de octubre de 2011

Colgada de la inconsciencia

Saber que esto está abocado al fracaso, pero seguir compartiendo taxis con extraños. Para acabar liándonos el cigarro de después. Porque sí, porque nos dio la gana, porque no hay de qué arrepentirse.

En cuanto a ti, qué bien te escondes y disfrazas lo que pareces. Académico de la RAE de las palabras vanas, quizás se queden cortos tus dominios. Y me encantas.

Sé que eres peligroso, no apto para sensibles, un cabrón con fondo que atrapa en curiosidad. Argumentaste en alto contra lo romántico, y no me disgusta tu enfoque tras vivir el amargo ocaso de otros amores. Pero permíteme reprocharte las formas y los cariños que te guardaste. Aprende a compensar, pero no con tu ego.

Sigue buscando el amor en chicas especiales con detalles que te sorprendan, folla a gusto y resígnate a la soledad pactada en cada ciclo. Tu eterna soledad.

Ojalá te retuerzas tanto en lo que quieres hacer de ti que te arrugues y te devuelvan los desplantes que me ganaste en deseos cruzados.

Porque ya no me dolerá no cumplir con lo que de mí se espera y aprenderé a ser libre, a mi manera. Sin ti. Sin nadie como tú.