lunes, 20 de septiembre de 2010

El error de esperar y la alegria de recibir lo inesperado

Hoy es día de escribir muchas cosas, las que deberían quedarse enterradas bajo la barrera de la sensatez, las que quieren salir coartadas por tu insoportable verborrea, y asoman con ese tono picante de arranque de genio.

Es tan dificil la comprensión... hay mil y un puntos que sostienen mi teoría y la tuya.

Mañana... mañana ya no importará nada; se enfriarán las palabras, llegará el arrepentimiento otoñal.

Qué imbecil.

Mientras tanto, la única razón son los días en que sólo se espera que alguien te diga algo bonito, algo que nos saque de la tristeza emocional, de las decepciones circulares que pueblan las grandes urbes en las que solo hay distancias y frios túneles que nos acercan.

Mientras existan esos días... no habrá nada que hacer,

Volviste a caer en el error


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